Cuando hablamos de juguetes sexuales, muchas veces la primera palabra que aparece es “consolador”. Suena común, está arraigada, la escuchamos en películas, series, charlas de amigxs… pero, ¿alguna vez te preguntaste de dónde viene y qué carga tiene?

 

Un origen con poca gracia

 

La historia se remonta al siglo XVII, en plena época victoriana, cuando apareció un supuesto “trastorno”: la histeria femenina. Se diagnosticaba a mujeres que presentaban síntomas como ansiedad, irritabilidad o “exceso de deseo”. La “cura” propuesta por los médicos eran masajes pélvicos para liberar la tensión acumulada.

 

Con el tiempo, se empezaron a diseñar aparatos que facilitaran ese procedimiento… y así nació el objeto que “consolaba” a las mujeres de su malestar. Por eso el término “consolador”: no porque trajera placer, sino porque funcionaba como una herramienta médica que buscaba calmar un supuesto desorden.

 

¿Qué pasa hoy con esa palabra?

 

Sabemos que la histeria femenina no existe. Era un diagnóstico cargado de machismo y desconocimiento del cuerpo de las mujeres y de su sexualidad. Entonces, ¿tiene sentido seguir usando una palabra que nació de esa mirada?

 

Decir “consolador” todavía arrastra la idea de que las mujeres usan juguetes porque están “insatisfechas”, “frustradas” o “necesitan consuelo”. Como si el placer viniera a tapar un vacío. Pero no: el disfrute no se trata de falta, sino de exploración, autonomía y juego.

 

Y además, ¿qué consuela realmente un juguete sexual? ¿Tiene que tener forma fálica para cumplir su función? ¿No es mucho más honesto hablar de placer en lugar de consuelo?

 

Entonces, ¿cómo decirle?

 

Las palabras importan, porque moldean cómo pensamos. Hoy podemos elegir otras que no carguen con esa historia:

 

-Vibrador

-Juguete sexual

-Juguete íntimo
-Estimulador
-Complemento erótico

O simplemente, Goota (si los descubriste en nuestra tienda 💚)

 

El lenguaje cambia, y cambiar las palabras que usamos es también una forma de cambiar la manera en que pensamos el deseo y el placer.